La marimba moderna es la conocida marimba cromática, desarrollada en el sureste de México y Guatemala,[1] a partir de la marimba diatónica local que tuvo su origen en el balafón que los africanos construyeron en América.
De las primeras marimbas que se tiene conocimiento es de las marimbas de aro o arco, consistentes en un teclado de madera de hormigo, colocado sobre un marco de otra madera (pino o cedro) con un cincho de tela que le servía al ejecutante para «colgársela» y poderla así tocar en forma portátil; tenía calabazas o tecomates que le servían de cajas de resonancia.
Posteriormente apareció la marimba «sencilla» que produce escalas diatónicas únicamente, con cajas de resonancia y con un teclado en donde ejecutan tres o cuatro personas (según su tamaño); este conjunto lo agrandaron agregándole una marimba pequeña que recibió el nombre de tenor, en la cual ejecutan dos o tres personas; fue así como se conoció el instrumento hasta inicios del siglo XX, en que aparecieron las primeras marimbas de doble teclado. Al par de marimbas sencillas (una grande y una pequeña) se les dio el nombre de «marimba cuache».
Los «puestos» de la marimba se llaman pícolo, tiple, centro armónico y bajo, comenzando por la parte más aguda y el tenor: pícolo, tiple y bajo de tenor. En la marimba grande se ha acostumbrado a tocar la primera voz de la melodía en el pícolo y el tiple, el acorde en el centro, y en el bajo la nota más grave del acorde con su respectivo cambio para evitar la monotonía. En el tenor se toca: en el pícolo y tiple, segunda voz y a veces segunda y tercera, a lo que los marimbistas llaman «llenos» y el bajo de tenor refuerza la primera, haciendo algunas veces contramelodia.
En la actualidad algunos marimbistas profesionales que ejecutan el instrumento a base del solfeo, hacen arreglos en los cuales cada ejecutante toca un papel distinto; esto ha venido a complicar la ejecución del instrumento, pero le da más encanto y lucidez.