Fue un académico, investigador, impulsor de la conservación del medio ambiente, un estímulo y ejemplo para todos los que compartimos, ya no solo sus enseñanzas, sino sus inquietudes y sus aspiraciones.
Futurista pero realista, impulsivo pero sereno, por algunos considerado de genio eruptivo, para otros como auténtico y expresivo, firme en sus ideas, pero receptor y respetuoso del ingenio de los demás. Ágil de pensamiento y habilidoso en las manualidades.
Enemigo de la pereza, espíritu inquieto sin la capacidad de detener el tiempo para darle tiempo a su lucha.
Sus aportes académicos son innumerables, estructuró cursos de Biología, Ecología, en distintas facultades, otros cursos específicos de Entomología, Malacología, Ficología, Briología, entre otros. Desarrollo técnicas especiales, las cuales dejó plasmadas en gruías y manuales, que en su conjunto constituyen libros de texto, que todos en algún momento hemos tenido referencia. Su legado de conocimiento va desde las escuelas secundarias hasta las más altas esferas de la ciencia.